lunes, 22 de septiembre de 2008

Resurreción


Es una Pascua con lluvias e intrusos en la cama.
Hay que levantarse
y los perros esperan comida
y ladran gastando las únicas reservas.

Leticia me hace caso y los llama en otros nombres:
André, Julie,
Margarita, Albert,
Dee, Michele.

Nos sentamos frente a la ventana e imaginamos otro patio.
Hacemos muecas entre tornillos y mapas.

Esta habitación no conoce nuestras formas,
las piensa en una silueta extenuada.

Nuestros cuerpos tienen el olor de lo penetrable,
siguen el quebranto de estatuas futuras

Contamos el capital y el balance nos dice:
tres peines varados en la mesita de luz,
descuentos de una noche fallada,
y los restos de una sopa preparada en plano-secuencia .

Desconocerse ha sido la regla de estos días

1 comentario:

Mariela Laudecina dijo...

me gusta mucho este poema. traelo el jueves. imprimi lo que tengas.
un abrazo
nos vemos