lunes, 29 de septiembre de 2008

Felicidades Carlita


En el patio suena una canción de Viglietti,

es el negro Acertijo tocando “Canción urgente para Nicaragua´´.

La canta a dúo con Mariana

y el aire se destripa en aplausos.

Hoy reímos todos: es el cumple de la Carlita.

El tucu- Julio me alienta a vaciar la heladera,

los porrones se apilan como en un bacanal.

“Me estoy por curtir una maoísta” dice

y el fondo blanco es una obviedad.

Me fumo un porro y hago nacer la noche

entre un febrero y unas moscas que fornican sobre mi vaso.

Si David Linch pudiera seria montonera

y el tío Campora me sonríe desde el cielo.

Las palabras me susurran

la más maravillosa de las músicas:

“Volveremos como en el 73”

“Liberación o dependencia”

“Somos la muerte del capataz”

Tengo el último número de Crisis

y lo leo en Plaza Francia.

Zito Lema nos trae un afrancesado

y hay que verlo si o si

Hay que conciliar posiciones muchachos:

somos el sueño tardío del yeneral González.

No olvidemos

que esta fiesta es de todos

como nos dijo Sergio.

Festejemos que la Carlita está creciendo

y va a vivir lo nuevo ya por nacer.

A nosotros nos toca lo viejo en agonía.

Pongamos una de Silvio,

esa la de “soy un hombre feliz… y quiero que me perdonen…”.


Soy la misma canción.

Todos la somos.

Tengo ganas de llamarlo a Campanella

para que me compre los derechos.


Cine radical( cinematográficamente hablando)


El cineasta Mariano Llinás, responsable de la monumental (dura cerca de 4 horas), Historias Extraordinarias, hablo con Radar sobre este intento de filmar cine con procedimientos literarios.

domingo, 28 de septiembre de 2008

sábado, 27 de septiembre de 2008

Exilio



Vengo de

un silencio


parecido

a la


muerte.

jueves, 25 de septiembre de 2008

Nutrición


El tiempo es hambriento

las horas se alimentan de mi vida.

miércoles, 24 de septiembre de 2008

Monstruos cotiadianos

¿Se puede hacer un cine poético sin personajes que reciten a Girondo o vuelen por la ciudad como mariposas? Esa pregunta me hice al salir de la sala, después de ver “ La mujer sin cabeza”.

La interrogación resultó contestada inmediatamente: Lucrecia Martel me demostró que el verdadero lirismo en el séptimo arte, reside en la capacidad de sugerir, proponiéndole al espectador sólo un mínimo de datos.

En “ La mujer sin cabeza”, tenemos una protagonista, “ La Vero”, interpretada por María Onetto, que sospecha haber matado a una persona en un accidente automovilístico. Las dudas, el temor, la confusión y la imposibilidad de verbalizar la tragedia, la consumen cotidianamente.

Nada se transparenta durante el desarrollo de la película, tenemos frases aisladas, insignificantes, y personajes secundarios que insisten en aparecer como “ el lava autos” “ el changuila y “ la candito”. Los nombres tampoco logran tornarse visibles en la película de Martel, todo gira en una constante dialéctica que encubre y descubre al mismo tiempo.

El universo “ marteliano”, retorna en “La mujer sin cabeza”, con personajes postrados en la cama, cautivos del tedio, las habituales referencias a la ambigüedad sexual, la división de clases sociales, y las referencias religiosas. Al igual que la literatura de Córtazar, lo fantástico visita lo rutiniario y lo vulgar.

El cine de Lucrecia Martel está hecho de recortes, de palabras inocentes alimentadas por una gran culpabilidad y con la amenaza kafkiana de amanecer ante lo imprevisible.