Shortbus llegó a la cartelera de Córdoba, tras un largo retraso. El polémico filme de John Cameron Mitchell, retrata la vida sexual y afectiva de varios personajes, en
Ya sé que fue hace tiempo, ¿pero puede decirnos en qué momento nació el proyecto?
Durante la preparación de Hedwig. Estaba encantado de ver que el cine volvía a ser sexualmente honrado y sincero, como en los años sesenta y setenta, pero deploraba el hecho de que fuera tan desalentador y carente de humor. El sexo parecía ser tan negativo como lo es, digamos, para los conservadores cristianos. Bueno, es comprensible. Personalmente crecí en un ambiente católico-militar donde el sexo era una cosa aterradora y, por lo tanto, fascinante. Pensé en hacer una comedia neoyorquina provocadora, estimulante emocional y mentalmente, de gran franqueza sexual y, a ser posible, divertida. No tenía por qué ser erótica. En vez de eso, intentaría servirse del lenguaje del sexo como una metáfora de los otros aspectos de las vidas de los personajes. El sexo siempre me ha parecido la terminación nerviosa de la vida. Creo que si se observa a dos extraños haciendo el amor, pueden sacarse conclusiones acerca de su infancia y de lo que comieron a mediodía. Al mismo tiempo, quería hacer una película en la que los personajes y el guión se desarrollasen a través de improvisaciones en grupo, inspirándome en técnicas tan dispares como las de John Cassavetes, Robert Altman y Mike Leigh. (Por cierto, los tres han expresado su aversión por el sexo “real” o “no simulado” en sus películas). También quería que la historia se desarrollase alrededor de un “salón” underground moderno y multisexual inspirado en el modelo parisino de Gertrude Stein y los salones neoyorquinos contemporáneos que he conocido: música, literatura e incluso sexo en grupo.
Si tuviera que mencionar antecedentes cinematográficos sexuales específicos para la película, hablaría de la película autobiográfica de Frank Ripploh, Taxi al W.C – me gustó el tono melancólico soterrado en la comedia, y el hecho de que trata el sexo del mismo modo que toda su vida – y quizá Un Canto de Amor de Jean Genet, el antepasado de las películas de sexo interesantes. Otras películas que han influido en SHORTBUS son Así habla el Amor de John Cassavetes; Las Noches de Cabiria de Federico Fellini; El Rompecorazones de Elaine May; El Rey de
Cuando empezamos a trabajar con las primeras improvisaciones, habíamos reunido un poco de dinero entre unos cuantos amigos para pagar a los actores y darles alojamiento. Alquilamos un loft en el Lower East Side y empezamos trabajando con improvisaciones simples, veíamos cine, jugábamos al “whiffleball” (un tipo de béisbol con pelotas y bates de plástico), íbamos a las boleras. Luego pasamos a improvisaciones más complicadas con personajes, historias y elementos que habían surgido durante las pruebas. Había leído varios libros acerca de la técnica de escritura de Mike Leigh y John Cassavetes, y adaptamos algunos de sus métodos. Desarrollamos el pasado, los secretos, los deseos de los personajes. Organizábamos “ruedas de prensa” en las que interrogábamos a los actores acerca de sus personajes. Rodamos todos los ensayos para que yo tuviera material con el que trabajar cuando empezase a escribir el guión. De hecho, los personajes y sus luchas nacieron a partir de los actores. Esa información me sirvió para desarrollar la trama y explorar temas de una forma más tradicional. De hecho, el sistema se convirtió en método: ensayábamos durante unas cuantas semanas, trabajaba en el guión durante unos meses y así durante dos años, hasta que conseguimos la financiación. Cuando llegó el momento de rodar, el guión estaba acabado y todos nos sentíamos muy cómodos juntos.
Extracto de una entrevista realizada por Tony Rayns, Nueva York – Londres, marzo de 2006
1 comentario:
Emanuel, gracias por ilustrarme sobre la historia de Shortbus. La película me gustó mucho, pero mucho más ahora de conocer como nacieron los personajes. Sos mi gurú del cine, me encanta tu blog! Un abrazo gigante
li
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