Y no es que Sarmiento resuelva sin más esta propuesta: el tironeo entre el romántico de 1840 y el positivista del '80, entre el despilfarro y las estadísticas, entre el Sturmer sanjuanino y el futuro estadista, será una tensión que recorra la totalidad de su viaje norteamericano. Es lo que va de sus museulosas tiradas a lo Whitman a su prolijo Diario de gastos: "Hotel en Buffalo, 75 eentavos"; "Vapor hasta Albani, 1 dólar"; "Limpieza de botas, 0,60", "Un pañuelo, 1 dólar". Su ascética contabilidad, se altera apenas con los repetidos "cigarros y frutas", como si su boca, excéntrica, renegara de su aprendizaje de austeridad. Módico consumidor inaugural que también trata de traducir sus deseos más cotidianos en números; y que al encolumnarlos aplicadamente se manifiesta no sólo como un inmediato consumidor, sino como solapado plagiario. (David Viñas. De Sarmiento a Dios)
domingo, 3 de octubre de 2010
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario