miércoles, 18 de junio de 2008

“Los jóvenes abrazaban el rock porque el peronismo había perdido la posibilidad de ofrecerles un lugar de referencia”



Juan Terranova, es uno de los más prolíficos y singulares representantes de la llamada joven guardia. “Mi nombre es Rufus”, es su última novela, que relata la historia de una banda de punk-rock, en plena década menemista. El autor de “El bailarín de Tango”,nos habla de esta obra, que cruza la música y las ruinas del neoliberalismo.

¿Cómo surge la idea de "Mi nombre es Rufus"?

Surge a partir de una pregunta muy precisa: ¿Cómo puede ser que una música tan visceral y cargada de violencia me resulte tan profundamente conmovedora? La novela intenta responder esto. Por otra parte, la violencia asociada al punk o a hechos culturales –libros, manifestaciones, arte, televisión, peronismo- me interesa particularmente. Aparte de esa pregunta, entonces, habría un interés por la violencia. Esa violencia que es conceptual, porque es artísticamente conceptual y políticamente conceptual, pero que también puede ser al revés, un concepto que se transforma en violencia. Esa ida y vuelta me interesa. Es el acto de romper la guitarra, que, de paso, ya está en el Martín Fierro. El tipo rompe la guitarra. Ahí hay una pulsión que me seduce porque la siento. Por ejemplo, ahora me dan ganas de agarrarlos a piñas, ahora no. Es un momento, pasa. Desgraciadamente, la literatura no permite esos desahogos tan profundos. Si uno los tiene en entrevistas, en el blog o en un libro –y yo los tuve varias veces-, siempre vuelven y se recrean y te desgastan como si uno estuviera en una circulo del infierno. Aunque quizás eso pase también con el rock. No lo sé.

En la novela aparece, el contexto de la década del 90, marcada por el fin de las ideologías, los grandes relatos, ¿Ubicas el punk como un intento de micro- relato, en medio del vacío?

No había vacío, había carísimos oropeles. Pero sí, toda la música fue en los 90 un lugar de sentido en el medio de la muy precisa confusión neoliberal. Los jóvenes abrazaban el rock porque el peronismo había perdido la posibilidad de ofrecerles, no ya una verdad, sino al menos un lugar de referencia, más o menos habitable. El mundo del rock es una cosmogonía muy completa y muy compleja. Una ética, una estética y una política. Con todas sus miserias y sus virtudes.

En relación a tu narrativa anterior con "El Bailarín de Tango" y "El Pornógrafo", había una clara influencia "puigiana" ¿Sentís que con "Mi nombre es Rufus", te distanciaste un poco?

Es posible. Si tengo la forma de narrar, enseguida la historia se desarrolla. Robarle a Puig funcionó por un tiempo y para narrar algunas cosas. A El pornógrafo le falto más trabajo formal, creo. Aunque tengo buena relación con el libro y me gustan las historias que se cuentan ahí me habría gustado trabajarlo más, deformarlo más, sobre todo que fuera más desquiciado. En Rufus logré algo que buscaba hace mucho. La aceleración al mango. Quería hacer una novela liviana. De entrar y salir. Para leer de un tirón. Siempre busco producir una lectura gozosa, no tediosa, incluso explosiva, pero acá tenía que ser sobre todo veloz, agresivamente veloz. Ahora que ya lo hice, me voy a tomar algunas cosas con más pausa.

¿Qué balance haces de aquel encuentro organizado por la SEA, sobre la nueva narrativa argentina, en el que participaste junto a Martín Kohan y Florencia Abbate?

Estuvo bueno porque en vez de defender lugares comunes se pudo discutir concepciones estéticas y políticas. Creo que Kohan escribe desde Adorno y la escuela de Frankfurt. Yo escribo desde la feria de libros del Parque Rivadavia, hoy feria de piratería digital. Hay puntos de contacto, por supuesto. Y es bueno que existan escritores como él. A mí me sirve para saber bien qué es lo que no quiero ser, lo que no quiero narrar y qué formas no tengo que usar. Por lo demás, lo estimo y lo juzgo una persona inteligente en muchos aspectos.

2 comentarios:

Paz Tyche dijo...

y ahora que el peronismo nos contiene
bailamos reggaeton

Anónimo dijo...

No lo imagino a Terranova conmovido en un pogo, pero está buena la nota. Paso seguido, esta vez dejo saludos. Juli.