Fuimos ellos, el beso en una esquina
tu mano peinando mi sombra a destiempo
y nuestros cuerpos en cualquier rincón,
custodiando la eternidad, te reías y nos reíamos
y fumabas el aliento del calor en mi boca
escribíamos la última página ¿ o la primera?.
Te ibas en el margen de mi lenguaje, espiabas el escenario
de mis palabras y las ropas volaban con la violencia del silencio.
Estabamos ahí esperando lo impredecible: esa costumbre de ser todo y nada como los muertos.
Ponés el disco de Serrat y Penélope se sube
a la cama y las dos se me confunden en las flores
que entierro en el viento y hago flechas
en papeles donde cabe una sola frase,
que no decimos y la bailás entera.
Me tapás con el río preciso de tu saliva
y no te espero mañana, si vuelvo que sea siempre una espera.
No ahorremos en ceremonias, anclemos el tiempo,
en el ojo menor del deseo.
Olvidemos el caos que somos.
Ahora fuimos ellos y seguimos siendo.
2 comentarios:
Que interesante, fa la imagen tambien, no soy poeta, soy musico pero admiro a la gente que puede escribir asi.Un saludo
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