HG, Mikey, Tori, y este humilde cronista de la intimidad ajena, nos dimos cita en un bar de marcada estética ochentosa. Todo transcurría en un clima amable y pacifico, hasta que el Tori soltó la frase originaria del conflicto : “No soporto la electrónica”.
¿No te gusta la electrónica? ¿ Queres que te demos otra lección? Y allí cargamos con la poderosa artillería de Mikey, que para tareas como esta, el muchacho es el mejor. Y empezó hablarle de los comienzos de la electrónica en años 40, de John Cage y los 4’ 33, Walter Benjamin y el autor como productor, Raymond Williams, alguito de Adorno, y todo terminó con la desigualdad en la distribución de los bienes artísticos.
El Tori derrotado y aplastado, sin fuerzas porque el hombrecito de Freire con pertinencia conceptual lo estaba poniendo en crisis, sólo atino a decirle al mozo: “Una empanada más por favor”.
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